Ciudad de México, 23 de julio de 2025

El Gobierno de México ha intensificado sus gestiones diplomáticas tras la apertura del centro de detención migratoria conocido como “Alligator Alcatraz”, en las afueras de Miami, Florida. La instalación, construida en tan solo dos semanas sobre una antigua pista aérea, tiene capacidad para albergar hasta 5,000 personas y ya se encuentra en operación desde inicios de julio.
El nombre del centro hace referencia tanto a la prisión de Alcatraz como a la presencia de caimanes en los alrededores, los cuales, según autoridades estadounidenses, servirían como elemento disuasorio ante posibles intentos de fuga.
Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que se han enviado notas diplomáticas a Estados Unidos y que se trabaja activamente con los consulados mexicanos para lograr la repatriación de los 14 connacionales detenidos en ese centro. “Estamos haciendo todas las gestiones para que sean devueltos lo antes posible”, aseguró.
Preocupación por posibles violaciones a derechos humanos
Organizaciones de derechos humanos en ambos países han empezado a documentar denuncias sobre condiciones inhumanas dentro del centro. De acuerdo con testimonios de familiares, los migrantes enfrentan falta de atención médica, acceso restringido a representación legal y condiciones de alojamiento precarias. La Secretaría de Relaciones Exteriores ya recaba evidencia para analizar la viabilidad de presentar recursos legales en Estados Unidos.
La presidenta Sheinbaum reiteró que los consulados mexicanos están verificando el respeto a los derechos humanos dentro del centro. En caso de documentarse violaciones, se activará un protocolo para agilizar la deportación de los detenidos.
“Rechazamos la criminalización de la migración y seguiremos defendiendo a nuestros connacionales en cualquier parte del mundo”, enfatizó.
La política migratoria de Trump y su impacto bilateral
“Alligator Alcatraz” forma parte del nuevo paquete de medidas antimigrantes implementadas por el expresidente Donald Trump, quien regresó al poder en enero de 2025. Desde su toma de posesión, se han deportado más de 73,500 personas a México, de las cuales 67,008 son mexicanas, de acuerdo con cifras oficiales.
Estas políticas han tensado aún más la relación entre ambos países. La presidenta Sheinbaum recalcó que su administración continuará exigiendo una política migratoria respetuosa y basada en la cooperación bilateral, enfocada en atender las causas estructurales de la migración, como la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.
“México no aceptará políticas que vulneren la dignidad de las personas migrantes”, concluyó.









